Pintar con dedos, manos y pies es una actividad que le encanta a Erik. Da rienda suelta a la creatividad, a la imaginación, a la energía... ¡y es súperdivertido!
No olvidemos tampoco que desarrolla la sensibilidad y mejora la expresión artística, verbal y de emociones, sobre todo si participamos nosotros con el niño. También se favorecen la destreza manual y la coordinación ojo-mano.
Hemos pintando muchas veces con los dedos sobre cartulinas, pero el otro día se nos ocurrió algo mucho más interesante, jajaja: decorar las baldosas del baño con manos y con pies. Tiene muchísimas ventajas: hay más espacio y es más divertido de limpiar después.
Aquí podéis ver los resultados.
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